La tregua entre Israel y Hezbollah comenzará a regir desde este miércoles y supone un “paso fundamental” para la estabilidad regional.
Israel aprobó el martes un cese el fuego con Hezbollah en Líbano y el primer ministro, Benjamin Netanyahu, afirmó que su gobierno podrá así concentrarse en las tensiones con Irán y en la guerra con Hamás en Gaza.
El alto el fuego, impulsado por Estados Unidos y Francia, deberá poner fin a más de un año de disparos transfronterizos y dos meses de guerra abierta entre Israel y la poderosa formación libanesa, armada y respaldada por Irán.
Netanyahu habló por teléfono con el presidente estadounidense, Joe Biden, y le agradeció “su implicación” para alcanzar el acuerdo, informó la oficina del primer ministro israelí.
Biden, a su vez, celebró la “buena noticia” e indicó que la tregua empezará el miércoles, al día siguiente de violentos bombardeos israelíes en Beirut, la capital.
La tregua entre Israel y Hezbollah supone un “paso fundamental” para la estabilidad regional, reaccionó el primer ministro libanés, Nayib Mikati.
Además de la guerra en Líbano, Israel combate a Hamás en la Franja de Gaza desde el 7 de octubre de 2023, tras el ataque del movimiento islamista palestino en el sur de su territorio.
Tanto Hamás como Hezbollah son apoyados por Irán, que disparó dos salvas de misiles y drones contra Israel desde que empezó el conflicto en Gaza. La mayoría de los proyectiles fueron interceptadas por Israel o sus aliados.
Una tregua en Líbano permitirá a Israel “centrarse en la amenaza iraní” e intensificar la “presión” sobre Hamás, afirmó Netanyahu en un discurso televisivo.
La duración del alto el fuego, precisó, dependerá “de lo que suceda en Líbano” e Israel mantendrá, “en pleno acuerdo con Estados Unidos”, una “total libertad de acción” en el país.
“Si Hezbollah viola el acuerdo e intenta rearmarse, atacaremos”, subrayó.
Israel lanzó una campaña de bombardeos contra los feudos de Hezbollah en Líbano el 23 de septiembre y una operación terrestre en el sur del país una semana después.
El objetivo de Israel era neutralizar a Hezbollah en el sur de Líbano para asegurar su frontera y permitir el regreso de 60.000 residentes desplazados.
El acuerdo de tregua “protegerá” a Israel de la “amenaza” del grupo chiita, afirmaron los presidentes de Estados Unidos y Francia, Joe Biden y Emmanuel Macron, en un comunicado conjunto.
Ambos países “trabajarán junto a Israel y Líbano para garantizar el cumplimiento íntegro de este acuerdo”, añadieron. También “siguen decididos a garantizar que este conflicto no provoque un nuevo ciclo de violencia”.